Buenos días bloggeros, hoy os voy a hablar de la séptima jornada de El Decamerón ya que es la que me toca leer este año para examinarme en selectividad. Os voy a contar un poco lo que pasa en las diez novelas de las que está compuesta esta jornada.
Con el relato de Emilia, comienza la jornada presidida por Dioneo y dedicada a las burlas que las mujeres realizan sobre sus maridos.
1. GIANNI LOTTERINGHI Y EL FANTASMA (Emilia). El regreso inesperado
de un marido arruina la velada que la esposa tenía preparada con su
amante. Cuando éste se presenta y llama a la puerta, la mujer convence
al marido de que los golpes los provoca un fantasma y, para conjurarlo,
recita en voz alta lo que en realidad son las instrucciones para que el
astuto galán vaya al patio y se coma la cena que ella le tenía
preparada.
2. LA VENTA DEL TONEL (Filóstrato). Al ser sorprendida en casa por la
llegada del marido cuando está con su amante, Peronella
simula que el mozo es un comprador de una gran tinaja que tienen.
Siguiendo la corriente, el amante dice que la tinaja no está lo
suficientemente limpia y el marido se mete dentro a limpiarla. Y
mientras está frotando, el amante monta a Peronella, que lo celebra al
tiempo que da instrucciones al marido para que siga limpiando.
3. EL CONJURO DE LOS GUSANOS (Elissa) Un fraile enamorado de una
casada ahuyenta los últimos escrúpulos de ésta por el hecho de ser
padrino de su hijo, o sea, casi hermano de ella, razonando que “si
vuestro marido, que es más pariente de vuestro hijo que yo, se acuesta
con vos, yo que lo soy menos podré hacer lo mismo o más”. Entonces mientras ella esta con el fraile llega su marido y para que no descubra que están juntos le dice que su hijo estaba enfermo y tenía gusanos y el fraile lo curó. El marido se lo agradeció celebrando una gran cena.
4. LA PIEDRA DEL POZO (Lauretta). Tras comprobar que viene de casa de
su amante, Tofano impide la entrada en casa de su esposa Ghita. Ella le
ruega y finalmente amenaza con echarse a un pozo si no abre, pero lo
que hace es arrojar una pieza a las aguas para que crea que se ha tirado
y luego hace creer al vecindario que el infiel es él.
5. EL CELOSO CONFESOR (Fiammetta). Un marido toma el lugar del
confesor de la mujer y ésta, que se da cuenta de quién es, le dice que
todas las noches recibe la visita de un cura. El marido pasa entonces
las noches en la puerta esperando al ficticio cura mientras ella hace
entrar por otro lugar a su verdadero amante. Una noche el marido le confiesa a su esposa que él era el cura que la confesó y ella le dice que lo que le contó era mentira ya que el cura que esperaba todas las noches era él mismo. Entonces el marido la cree y deja de ser un celoso y así ella está más veces con su amante, que era su vecino.
6. LOS TRES HOMBRES DE ISABELLA (Pampinea). Cuando Isabella está
acostada con su joven amante, aparece un antipático pretendiente y, para
que no se ponga agresivo, le hace pasar a la alcoba mientras esconde al
primero. Llega entonces de manera inesperada el marido e Isabella salva
la situación diciendo al pretendiente que finja que está persiguiendo a
alguien. Así lo hace delante del marido. Cuando se va, la mujer saca a
su amante y éste finge que se ha tenido que refugiar allí para librarse
del furioso ataque del otro. El marido se lo cree todo.
7. CORNUDO Y APALEADO (Filomena). El joven Ludovico entra en la
alcoba de la dama Beatrice, tal como ambos habían planeado, pero
encuentra que el marido está acostado al lado de ella, dormido. La dama
le agarra la mano para que no escape y dice al marido que Ludovico ha
tenido esa tarde la desfachatez de citarla para esa misma noche en el
patio. El marido baja a comprobarlo y los amantes aprovechan para
solazarse. Luego, siguiendo las instrucciones de Beatrice, Ludovico va
al encuentro de su amo y le da una somanta de palos simulando que cree
que se trata de Beatrice y llamándole mujer infiel e indecente. Así,
aunque cornudo sin saberlo y además apaleado, el hombre se muestra
satisfecho de tener un criado y una esposa tan ejemplares.
8. EL HILO DE SISMONDA (Neífile). El rico pero plebeyo Arriguccio
descubre que su noble mujer Sismonda duerme con un hilo de bramante
atado al pie. Siguiendo el hilo, el descubre que le sirve para
comunicarse con su amante e inicia una pelea con éste en la oscuridad,
aunque el joven se escapa y la mujer se las arregla para que todos le
crean borracho.
9. EL ARBOL ENCANTADO (Pánfilo). Sin saber cómo burlar la vigilancia
del marido, una mujer se pone de acuerdo con su amante para que simule
que al subirse en un peral se ve lo que no ocurre. Y aprovechan el
momento en que el marido se sube en él para solazarse delante de él y
decir luego que es
producto del encantamiento del árbol. El marido entonces manda a talar el árbol y se disculpa con su mujer por creer que le engañaba y así ella pudo estar muchas más veces con su amante.
10. LAS COMADRES EN EL PURGATORIO (Dioneo). Tingoccio y Meuccio tienen
el pacto de que el que primero muera regresará a decirle a otro lo que
sucede en el más allá. Tingoccio muere y se aparece al otro dicendo que
está en el purgatorio por otros pecados pero que allí no tienen en
cuenta lo de acostarse con comadres. Dioneo entrega a Lauretta la corona
y ésta dice que aunque en justa represalia, cree que debería dedicar su
reinado a las burlas que los hombres hacen de las mujeres, prefiere que
el tema sea simplemente las burlas que hacen tanto los unos como los
otros.
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